DÍA MUNDIAL DE LOS DOCENTES
La labor del docente resulta bastante imprecisa de definir. Seguramente, que todo docente, es decir, cada profesor o profesora y cada maestro o maestra, tenemos una visión diferente de la realidad que vivimos, y, sobre todo, de cómo la vivimos. De ahí, la imprecisión a la hora de delimitar el alcance y significado de lo qué es la Docencia.
Quizás, como dicen los docentes más longevos en la profesión, si nos hubiésemos preguntado hace 20 o 25 años en qué consistía ser docente la respuesta habría sido más sencilla: “consiste en enseñar al alumnado”.
Muchas veces, he pensado que la Docencia es un oficio que está entre la “vocación” y la “resignación”. En este péndulo que alterna su movimiento de forma constante tenemos un desencadenante como puede ser la “vocación” educativa que poseemos muchos que nos llevó a estudiar una licenciatura o una diplomatura, según los casos, con la firme idea de ser transmisores de conocimiento entre las nuevas generaciones de la sociedad andaluza.
Pero el vaivén de este péndulo que al final de su trayectoria, en el otro extremo, tiene a la “resignación”. “Resignación” que desde los últimos lustros vienen marcando el devenir de la Docencia en Andalucía.
Todas los profesionales de la Docencia sabemos a ciencia cierta a qué nos referimos cuando hablamos de “resignación”. Hablamos, fundamentalmente, aunque no exclusivamente, del desprestigio que tiene nuestra labor tanto dentro como fuera del aula. Claro está, con las implicaciones que ello conlleva en nuestro trabajo.
La UNESCO conmemora hoy el trabajo de los docentes; aprovechando, además, para recordar el necesario empuje que tienen que acometer en su conjunto el conglomerado de estados y países a nivel internacional para que la Educación llegue a todos los rincones del Mundo. Elige así el 5 de octubre, como Día Internacional del Docente, aunque no se aborde con ocasión de esta efeméride la imagen social que transmite el docente hoy día. Que como todos sabemos, propios y extraños, ha cambiado mucho en los últimos 25 años. Quedando marcada la figura del profesorado, la mayoría de veces por un desprestigio importante, así como la consiguiente pérdida de autoridad. Una autoridad que no ha de entenderse como la supremacía del docente sobre el educante, sino como una autoridad moral de ese docente que asume, día a día, el compromiso delegado en él de conferir, proveer y capacitar a los componentes de la futura sociedad, hombres y mujeres, en el ejercicio de sus responsabilidades como ciudadanos y ciudadanas.
Para saber más sobre este Día Mundial del Docente, os aconsejo que visitéis la siguiente web http://www.5oct.org/, dónde podéis conocer más sobre esta efeméride.