ANDALUCES A UN AÑO DE BOLONIA
Un total de 222.392 estudiantes cursarán alguna carrera de entre las nueve universidades públicas que tiene Andalucía. Esto supone que nuestra Comunidad Autónoma ha perdido en la última década casi 50.000 estudiantes.
Esta cifra debe interpretarse teniendo en cuenta, quizás, la percepción laboral de los jóvenes andaluces. Porque como afirma Patricio Pérez, secretario de política educativa de Comisiones Obreras (CC OO): "La huida de estudiantes a los ciclos de Formación Profesional se debe a que en ellos se sienten más cerca de conseguir un trabajo, de introducirse en el mercado laboral".
Ello junto con otras variables de índole diverso hacen que el descenso de la opción universitaria sea progresivo. Otro factor, interrelacionado con el anterior, puede ser la lejanía que tiene el actual sistema universitario andaluz con respecto al mercado laboral. Ya que en los ciclos formativos te obligan a realizar prácticas en empresas. Siendo muchos de estos estudiantes en prácticas, cuando acaban, contratados por las empresas en las que han realizado su labor.
Hemos de recordar en este sentido que para cursar la Enseñanza Superior en Andalucía (estudios universitarios) ha de poseerse el título de bachiller, mientras que para abordar cualquier titulación de Grado Medio sólo se requiere la Enseñanza Secundaria (E.S.O.).
No obstante, el objeto de la presente entrada en el blog viene dado en la medida de que los más de 220.000 alumnos y alumnas que asistirán a las universidades andaluzas en el curso 2008/2009, será su último año antes de la implantación del Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES), un sistema unificado por la Unión Europea que supondrá un cambio en profundidad para el actual sistema universitario en Andalucía y que deberá ser una realidad en el año 2.010.
Habría que indicar que el establecimiento de este sistema educativo europeo en Andalucía viene dado por la denominada como “Declaración de Bolonia”, dado en honor de la Universidad transalpina de Bolonia. La elección onomástica de la capital de la región italiana de Emilia-Romaña viene dada en el sentido de haber sido el de Bolonia el centro universitario más antiguo de Europa. Ya que fue fundada en 1.088, siendo además una Universidad sin origen episcopal como puedan ser el caso de Oxford o París. Sino con un carácter eminentemente laicista.
Así el denominado Espacio Europeo de Educación Superior supone la adopción de un sistema de titulaciones universitarias homogéneas en el ámbito de la Unión Europea. Buscando con ello la movilidad por las distintas Universidades europeas, tanto de los propios estudiantes, como de los profesores e investigadores, a la vez que fomentar un aprendizaje de calidad.
De esta manera, las principales novedades son la adaptación a un sistema de titulaciones universitarias de dos ciclos: Título de Grado (lo que conocemos por licenciatura universitaria) y Título de Postgrado (lo que entendemos por Máster o Doctorado). Asimismo, resulta llamativa la propuesta dentro de la “Declaración de Bolonia” la implicación de un mayor trabajo personal del alumnado, mediante actividades no presenciales y trabajos en grupo. Esto sólo será posible mediante el uso de todas las posibilidades que ofrece Internet y las TIC´s.
Desde sus inicios el proceso ha recibido críticas de varios ámbitos en toda Europa por distintas razones enmarcadas en la idea de que las reformas pretenden una progresiva política de mercantilización del mundo universitario.
El argumento que se esgrime en este sentido es que la Universidad resultante se concibe como productora de individuos válidos para introducirse en el mercado laboral europeo, obviando el carácter humanista de la Universidad. No se trataría, pues, ya de desarrollar y transmitir conocimiento o incluso conocimiento con aplicación social sino de formar trabajadores. En este sentido, cualquier aplicación social del conocimiento va a tener que ser impulsada por empresas privadas y, por tanto, presumiblemente motivada por intereses privados se moverán las distintas Universidades tanto andaluzas como europeas. A esto se le opone la opinión de las personas favorables a la “Declaración de Bolonia” que ven en el proceso europeo una herramienta fundamental para que el alumnado universitario en general se desarrolle en capacidades y habilidades, aunque para ello en el caso que nos toca las Universidades andaluzas pierdan en debate en el aula y en el enriquecimiento de la capacidad reflexiva del estudiante universitario.